Entrevista a Txetxu Ausín, director del Grupo de Ética Aplicada del CSIC y coautor del artículo ‘Ética y Derecho en la Revolución Digital" del último número de la Revista 17.
¿Qué papel toman la ética y el derecho en la digitalización y tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA)?
Es bien sabido que las tecnologías no son neutrales, que incorporan valores desde su mismo diseño a su implementación y desarrollo. Por ello es indispensable alinear estos valores con las necesidades y expectativas de la sociedad de modo que se genere una confianza pública en la tecnología que contribuya a su aceptación y apropiación (un círculo virtuoso entre tecnología y sociedad). Para ello, la reflexión ética y su plasmación en el derecho son necesarias e insustituibles. Además, las tecnologías como la IA transforman profundamente los sistemas (económicos, sociales y naturales), por ello se dice que son “disruptivas”. Este nuevo ecosistema tiene el potencial de cambiar radicalmente nuestra vida, nuestros derechos y libertades, nuestras relaciones y también el medio ambiente. Por todo ello se requiere debate ético, deliberación pública y buena gobernanza con la regulación jurídica pertinente.
¿Por qué debe ser importante que la ética y el derecho intervengan y estén presentes en la ciencia de los datos?
Porque los datos están en todas partes, constituyen mediaciones inevitables en nuestra vida (social, cultural, laboral, política…) a través de su manejo mediante algoritmos. Y existen importantes áreas de riesgo que deben anticiparse mediante un riguroso análisis ético y la introducción consiguiente de medidas legales: sesgos, discriminación, perfilamiento, contaminación, vigilancia… La ética y el derecho son las vías para proteger al individuo, a la sociedad y al medio ambiente de los daños e impactos negativos que pueda ocasionar la IA así como para definir su orientación al bien común y a una distribución equitativa de sus beneficios y ventajas. Ética y derecho son elementos indispensables en el modelo de gobernanza responsable de la investigación y el desarrollo tecnológico que aspira a reducir la brecha entre la comunidad científica y la sociedad y a contribuir a un aprovechamiento socialmente responsable de los datos.
¿Qué rol puede jugar la ética dentro de las tecnologías para conseguir los Objeticos del Desarrollo Sostenible?
Como he dicho al principio, el modo en que definamos los valores que van a configurar nuestra tecnología determinará su impacto y beneficio social. Sólo si incorporamos desde el diseño un enfoque ético de la tecnología que esté orientado a la satisfacción de los derechos humanos y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible podremos hacer que el impulso tecnológico no aumente la brecha de desigualdad en el planeta y que, por el contrario, sea un agente proactivo en la mejora sustancial de la vida en términos de solidaridad, apoyo mutuo y justicia.
¿Qué desafíos plantea la identidad propia y las relaciones humanas en este contexto?
Toda nuestra vida está configurada con relación a las tecnologías de modo que podemos decir que nos constituimos ya como “entornos sociotécnicos”. Mantenemos un vínculo laboral, cognitivo, social y hasta afectivo con nuestros artefactos y por tanto debemos reflexionar sobre la manera en que articulamos esta estrecha relación. La interacción de los seres humanos con la IA difumina la frontera humano-máquina en tanto en cuanto trabajamos con los artefactos en una suerte de simbiosis entre la inteligencia humana y la artificial y en consecuencia la IA puede definirse como una “inteligencia colectiva y social”, con múltiples agentes. Y ello sin duda transforma nuestra identidad, nuestros hábitos y costumbres, nuestras relaciones.