El Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular fue aprobado en 2018 a pesar de las tensiones existentes en el campo de las políticas de las migraciones internacionales. El Pacto supone un logro histórico hacia el multilateralismo que se inscribe en la lógica de la construcción progresiva de una “ciudadanía mundial” (Kant, 1795).